IMPUBLICABLE?!

Cuando despertaste yo aun dormía.
Una sensación tibia recorrió mi pecho, la sentí subir por mi cuello, para descubrir, cuando llegó a mi oído, que se trataba de tu boca.
Tu voz grave, profunda, inconfundible, me susurró suavemente cuando notó que despertaba, “tranquilo…que ahora te toca a ti”. Esbozaste una sonrisa radiante…como eres!
El suave recorrido de tu boca siguió por mi rostro, tu lengua suave humedeció mis labios y los entreabrió, lamiste mi lengua, nos besamos con ternura, luego con pasión, nos mordimos un poco sin hacernos daño, y nuestras salivas y alientos se volvieron uno…cómo olvidarlo!
Seguiste bajando por mi cuerpo untándolo todo a tu paso. Te detuviste en cada rincón, tu paciencia me volvía loco! Mi vientre temblaba con el roce de tus labios y los músculos de mis piernas se entumecían.
Besabas mi entrepierna con fluidez. Intenté acariciarte, pero me detuviste. Me pediste que aguantara con entereza, como lo habías hecho tu cuando te lami toda. Mi excitación era plena… me sentía mareado de placer.
Tu boca tibia se trago mi sexo, creí que moriría. La sensación era tan rica como real, mi cuerpo todo vibraba y mis manos se morían por tocarte…pero tu mandato había sido claro!. mi desesperación deliciosa, lo hacia todo mas intenso.
De mis ojos salieron lagrimas tibias que lo empañaron todo, le dieron a la atmósfera un aire surreal, etéreo. Te miré entre velos aguados mientras tu boca jugaba conmigo.
Justo cuando pensé que estallaría, te detuviste. Tu boca empezó su recorrido lento hacia la mía. Deslizaste tu cuerpo tibio sobre el mío en llamas…saltaron chispas.
Cuando llegaste, nuestras bocas babosas se reencontraron, la tuya algo hinchada, y salada.
Nos besamos con unas ganas locas, como si nunca mas lo fuéramos a hacer.
Sutilmente moviste tu cuerpo hasta que tu sexo caliente abrazo el mío. Me sujetaste la muñecas por sobre mi cabeza para ser la dueña absoluta del momento. Tu cara sonriente, tenia una expresión picará , y era obvio que disfrutabas lo que me hacías sentir.
Tu cintura y caderas se movían como si dentro no tuvieran huesos. Nuestros cuerpos bailaban. Tu mandabas.
Tu excitación fue subiendo hasta que por fin me liberaste… Pude por fin tocarte!. Abrace tu cintura, acaricié tus pechos endurecidos de gusto, los besé. Acaricié tu rostro extasiado y tu boca entreabierta. Mordiste mis pulgares, y los chupaste como si quisieras, por ahí, arrebatarme el alma.
Ya no pude mas!… Mi cuerpo tuvo que expeler tanta pasión entre gritos!
Al sentirlo me abrazaste con fuerzas, y sin dejar de moverte me gritaste al oído…”si…lléname, lléname toda!, hasta que me salga por la boca y lo pruebes!”
De nuevo me besaste, mucho, yo no pude responder, estaba inerte. Pero tu no te detuviste hasta que tu propio placer fue demasiado y entumeció tu cuerpo dejándolo inmóvil sobre el mío.
Quedamos ahí. Abrazados, sudados, untados!!
Liberados por fin de todo ese dolor que dejan la pasión inconclusa y el deseo que no se ejerce.
Soñé.
Soñé dentro de mi sueño!, y no sabes cuanto me dolió despertar.